jueves, 15 de octubre de 2009

Actividades al Aire Libre 2009


La patrulla Jaguares junto al refugio construido



En este blog encontramos cosas de la Unidad, vivencias que van pasando sabado a sabado, campamento a campamento. Tal vez por eso dudé en incluir este material. Sin embargo, quiero compartir con ustedes lo que fue este último fin de semana en el Hogar Escuela. Porque en el fondo, yo quiero completar mi formación como dirigente para ponerlo al servicio de la Unidad, o de la rama que el Consejo de Grupo designe.

Mucho mas temprano que otros campamentos, nos encontramos con los Jaguares (así llamamos a la patrulla con la que participamos) en la Parroquia de Natividad. Llegamos a las 6 de la mañana al hogar escuela y de movida nos pusimos a trabajar en nuestro rincon de patrulla. Para la hora de la apertura, a las 15:00 hs. todo estaba terminado, incluido el refugio en el cual habríamos de dormir. No puedo dejar de mencionar que el agua del lavabo y del lavaplatos era caliente, gracias al ingenioso sistema de hundir un caño de bronce en el barro del fuego elevado.


El lavabo con agua caliente




El horno de barro junto al fuego elevado


Por la tarde, tuvimos unos talleres: el de fuego, a cargo de nosotros; y el de orientación, a cargo de la patrulla Suricata. Eran las 20:00 cuando empezó a llover terriblemente, inundando todos los rincones. Daba bronca tener que irse. No llovía por arriba, pero el agua ya nos llegaba a mitad de la pierna. Las construcciones eran tan buenas que no sufrieron a pesar de los vientos.



La alacena


Acantonamos todos en el pabellón 2. A la mañana siguiente, lloviznaba, pero lentamente se fue despejando y pudimos volver al rincón para almorzar allí. Cuando el fuego encendió a pesar de lo mojada que estaba la leña, nos sentimos felices y el guiso pareciá mas rico todavía.

Por la tarde, tuvimos una caminata de 8 km por las inmediaciones de Ezeiza, teniendo que realizar varias actividades, entre las que incluía el transporte de una de las chicas en una camilla improvisada. Llegamos.

A pesar del agotamiento, hicimos las pizzas en el horno de barro y luego tuvimos el fogon. Pronto nos fuimos a dormir al refugio, memorable experiencia.




El día lunes amaneció hermoso. Tuvimos los talleres que faltaban: señales de pista a cargo de los perros y stalking (acecho) a cargo de los linces. Ahora sí, se aproximaba el desarme. Comimos unos fideos sabrosos y luego de desarmar, nos dijimos adios, ojala que volvamos a vernos....

Este es el resumen de un fin de semana en el que viví desde adentro la aventura de ser scout. Ojalá que cuando ustedes, chicos de la Atlantis, sean grandes como yo, sigan disfrutando este hermoso estilo de vida que elegimos.


Siempre Listo
Mono Noble.

1 comentario:

  1. Me encantó tu relato y me hicieron dar ganas de participar de un campamento así.
    Realmente te felicito por la manera en que contas todo, porque haces sentir como si hubiera estado allí y contagias tu entusiasmo.
    Gracias por compartir estas vivencias.
    Saludos
    Ali(Pucca)

    PD: Aun estoy esperando la continuación del relato del campamento anterior...

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